Hoy conocemos a…: Mónica Gutiérrez, bibliotecaria de Anaitasuna: «Es fundamental que un club así disponga de espacios para la cultura»
Gestiona desde el año 2009 una instalación en la que hay más de 6.000 volúmenes, un número que crece anualmente con las principales novedades
Mónica Gutiérrez Pita (Pamplona, 02-02-1977), entró a la biblioteca de Anaitasuna por primera vez en el año 2009, después de que la anterior bibliotecaria, María Castejón, cogiera una baja por maternidad. En principio, venía a suplir únicamente ese período, pero su antecesora en el cargo nunca se reincorporó, por lo que, desde entonces, gestiona la biblioteca del club, en la que está todas las tardes, de lunes a viernes, entre las 16.30 y las 20.30 horas.
Empleada de Sedena, antes de recalar en las instalaciones de Anaitasuna, había realizado un máster en gestión del patrimonio cultural y había trabajado en una subcontrata del Gobierno de Navarra dedicada a la gestión de archivos y museos.
En el momento de su llegada, la biblioteca del club se acababa de reformar y estaba como se encuentra en la actualidad. No obstante, los socios le decían que no se podía imaginar cómo estaba antes esta instalación cultural. En cifras, en sus estanterías descansan más de 6.000 volúmenes, un número que se incrementa anualmente en una treintena de libros, que Gutiérrez adquiere, principalmente, de entre las novedades más destacadas del año.
En cuanto a la tipología de usuarios, reconoce que ha ido variando, ya que, además del socio que acude para el préstamo de libros, existe la persona que recala por la sala de estudio. «Sí que ha habido alguna época en la que se han dado pequeñas confrontaciones entre los padres que venían a hacer los deberes con sus hijos pequeños y el de quienes querían silencio para estudiar, pero la biblioteca está para todos y, al final, conseguimos solucionarlas», explica.
Aunque el préstamo de libros sí que se redujo a causa de la pandemia de la Covid-19, Gutiérrez indica que la tendencia está cambiando: «Este año ya estoy notando que se acerca más gente, sobre todo, socios nuevos, que no conocía. Está volviendo la vidilla que había antes«.
A su juicio, es muy importante que una sociedad como Anaitasuna disponga de lugares dedicados a la cultura. «Hay socios -argumenta- que no saben ni que existe una biblioteca en Anaitasuna, y eso no puede ser. Es cierto que es un espacio pequeño y que, como es normal, tiene sus limitaciones, pero dispone también de muchas ventajas, como un trato muy cercano y mucha facilidad para el préstamo y la renovación«.
Actualmente, la biblioteca ofrece el préstamo de libros, de revistas y de películas en DVD. Asimismo, cuenta con un lugar específico para los más jóvenes de la familia, que se está quedando pequeño. «En la biblioteca infantil, funciono siempre con donaciones. Solo compro libros muy especiales, como los de Harry Potter, por ejemplo. Siempre que alguien me dice que me puede traer alguno, le digo que sí, porque son libros que están muy bien y, al final, ya encontraré algún sitio para ponerlos«, expone.
Los niños son parte importante también de la biblioteca, como así relata Gutiérrez. «Vienen muchos, sobre todo, los que empiezan a tener el primer contacto con los libros, que les llaman la atención, les gusta ojearlos y pedirles a sus padres que se los lean. Esos niños pequeños y los primeros lectores tienen una ilusión especial, que ojalá se mantuviera en todos los demás«, apunta.
NOVEDADES
La bibliotecaria de Anaitasuna recibe una reducida cantidad anual de fondos, que destina a adquirir novedades. «La anterior chica la gastaba de una vez, pero yo prefiero dividirla en dos, para abarcar más tiempo, ya que hay una gran cantidad de publicaciones. Suelo comprar los Premios Planeta, que salen publicados a mediados de noviembre, y, después, compro otra tanda de libros antes de Semana Santa, para que los socios tengan también novedades que disfrutar en ese período. Además, hay libros especiales, que sé que van a ser muy solicitados, y los adquiero directamente, como la última novela de Arturo Pérez-Reverte», afirma.
De media, un centenar de socios utiliza el servicio de préstamo cada mes. A pesar de que haya algunas personas que ya son fijas, Gutiérrez también revela que se van añadiendo nuevos socios, con perfiles de menor edad o padres con niños pequeños. «El usuario más característico es el de un adulto por encima de los 40 años o el de un niño muy pequeño que acude con sus padres. Son más mujeres que hombres, aunque la cifra está bastante pareja. Y, por otro lado, está el usuario de la sala de estudio, en el que puede estar desde una mujer de unos 50 años que está estudiando para una oposición, hasta un joven que está opositando para bombero. Ahí hay más variedad», asegura.
En su opinión, la biblioteca está muy bien surtida y se nutre mucho de novedades. «El socio de Anaitasuna debería saber que tiene la posibilidad de acceder a libros, entre los que suelen estar los más leídos de cada año. Se prestan para 20 días, pero, si no hay más personas solicitándolos, ese plazo se renueva sin problema. Aquí no tenemos una política tan rigurosa como la que puede haber en una biblioteca pública o en una universitaria. Y eso es una ventaja muy importante, a la que se añade la de que les puedo reservar algún título que les interese. Esa comodidad y cercanía no la tienes en otros sitios«, resalta.
«Aunque Anaitasuna sea un club que está enfocado mucho más en el deporte, es fundamental que disponga también de un espacio para la cultura. Dar más opciones al socio es muy bueno. De hecho, se podrían llevar a cabo más iniciativas, como talleres de lectura o prestar una mayor atención a los socios del club con libros publicados, que hay varios. Estaría muy bien que se potenciara la biblioteca y que más personas se acercaran a utilizarla«, concluye.
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