El conjunto de fútbol sala de 2ª B se resarce de la anterior derrota con una goleada en el derbi ante el Tafa F.S.
Los de José Narvaiz consiguieron en el Pabellón Anaitasuna una gran victoria por un resultado de 5-0
El equipo de Anaitasuna de fútbol sala que milita en la Segunda División B regresó este pasado fin de semana a su pabellón tras el duro correctivo que había recibido la semana anterior en su visita a la Comunidad de Madrid. En este caso, tenía delante a un equipo muy conocido, el Tafa F.S., conjunto tafallés del que, además, en Anaitasuna fichó a varios jugadores que vestían su camiseta.
Después del fatídico resultado (7-1) frente al E.D. Brunete, los pupilos de José Narvaiz se repusieron anímicamente y realizaron unos estupendos entrenamientos, sabedores de la importancia que tenía el derbi. Por tanto, los locales plantearon muy bien el choque y mostraron en pista todo lo que se había planificado tanto por el cuerpo técnico como por los propios jugadores.
El encuentro arrancó con los rivales moviendo muy bien el balón en tres cuartas partes del campo, pero Anaitasuna se sentía cómodo y sabía que su momento llegaría si conseguía mantener la intensidad defensiva que estaba demostrando.
Dicho y hecho. En un córner, Íñigo anotó el 1-0 y puso el marcador a favor del cuadro pamplonés. Ese impulso, en lugar de echar al equipo atrás para conservar la ventaja, espoleó más a los de Narvaiz, que, tras las rotaciones de uno y otro equipo, comenzaron a presionar de una manera muy intensa a los tafalleses, que ya no exhibían un juego tan fluido. Además, en una jugada en la que Íñigo recuperó el esférico, Sebas, con mucha clase, firmó el 2-0. Con ese resultado se llegó al descanso.
Tras el paso por vestuarios, el equipo siguió con el mismo empuje físico y sin bajar ni un momento la intensidad, ya que conocía qué ritmo debía poner al partido para tenerlo de cara. De este modo, Javi Saldise estableció el 3-0 a los cuatro minutos de la reanudación.
PORTERO-JUGADOR
El equipo local se encontraba muy cómodo en la pista del Pabellón Anaitasuna. Los visitantes intentaron dar la vuelta a la situación con portero-jugador, pero los pamploneses tenían la lección muy bien aprendida tras el partido contra el E.D. Brunete y, por ello, defendieron muy bien. Se sintieron cómodos y, si no, Iker aparecía en acción para sacar alguna mano portentosa, llena de fuerza y valentía.
Con esas mimbres, la ventaja se fue ampliando en el electrónico, primero por mano de Mikel, que hizo el 4-0, y después a través de Eneko, que, en una jugada personal, anotaría el 5-0 definitivo.
Los locales repartieron los minutos entre los jugadores veteranos y los jóvenes, haciendo ver que todo el mundo en el equipo de Anaitasuna es importante y que todos ellos, se gane o se pierda, reman en la misma dirección.
Como nota negativa, hay que destacar, de nuevo, las lesiones de los dos porteros del club navarro. Las previsiones que maneja el cuerpo técnico es que ninguno de ellos pueda jugar el próximo encuentro.
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