El equipo de fútbol sala de Anaitasuna cierra la liga con una derrota ante el que será su primer rival del ‘play-off’
El Lauburu Ibarra se impuso a los de Jose Narvaiz en el encuentro disputado en el Pabellón Anaitasuna
Anaitasuna cerró la temporada regular con una derrota en su pista, aunque con la conciencia tranquila, porque los deberes estaban hechos y, además de que hacía semanas que se había conseguido el logro de acceder a la fase de ascenso, se había obtenido también la primera plaza de la liga.
En ese contexto, al que se añadía un buen número de bajas, el primer equipo de fútbol sala del club navarro tuvo que contar con jugadores del filial para medirse al Lauburu Ibarra, que, gracias a la victoria cosechada en el Pabellón Anaitasuna, accedió también al play-off. De hecho, vascos y navarros serán rivales en la primera de las eliminatorias de la fase de ascenso a la Segunda División.
Los jóvenes de la cantera de la sociedad navarra demostraron que hay mucha calidad futbolística en el seno del equipo navarro, a pesar de que el conjunto guipuzcoano se acabó llevando los tres puntos.
El partido arrancó con los blanquiverdes ejerciendo una gran presión en el salida de balón. A eso se sumaban los nervios de los rivales, que necesitaban puntuar en la pista de la Catedral para clasificarse para la fase de ascenso. Por ello, los de Jose Narvaiz disfrutaron en los primeros minutos de las ocasiones más claras. Sin embargo, el gran trabajo del portero del Lauburu Ibarra impidió que Anaitasuna estrenara su marcador.
El técnico local movió el banquillo con bastantes rotaciones cortas para no perder la intensidad inicial. En un saque de banda, Ulon firmó el 1-0. Los de Pamplona llegaron después a la quinta falta, lo que conllevó que redujeran la presión. Por otro lado, los visitantes calmaron sus nervios y, en dos disparos y sendos rechaces, dieron la vuelta al electrónico, que se cerró en un 1-2 a la llegada del descanso.
AUMENTO DEL RIESGO
Una vez de nuevo sobre la pista, los blanquiverdes defendieron en media pista, tratando de atrapar algún contraataque para empatar. No obstante, en un córner mal ejecutado, los piparreros hicieron una transición a la perfección y anotaron el 3-1. Pero los locales, en lugar de venirse abajo, pronto recortaron distancias y, por medio de Íñigo, marcaron el 2-3.
La alegría duró poco, porque, al minuto siguiente, Mikel, al intentar despejar un saque de córner, introdujo el balón en propia meta. Con el 2-4 en el electrónico, los de Pamplona pusieron en liza el juego de cinco y, fruto de ello, Ulon cuajó el 3-4, con cuatro minutos por jugarse y metiendo el miedo en el conjunto rival. El problema fue que, debido a la cercanía del pitido final, el aumento del riesgo que corrieron los locales en los pases conllevó que, en dos cortes, el Lauburu Ibarra pusiera el 3-6 definitivo.
Ese marcador resultó un poco abultado para lo que se vio en el terreno de juego del Pabellón Anaitasuna, pero sí que fue una victoria justa para los guipuzcoanos en el cómputo total de los 40 minutos de enfrentamiento.
En opinión de Narvaiz, más que las bajas en su equipo, lo que propició la derrota fue la consecución de varios momentos de desconexión. «Si no estás concentrado al 100%, el equipo rival lo aprovecha. Y eso es lo que nos ha pasado», expuso. Además, indicó que «no es fácil jugar este tipo de partidos, teniendo en cuenta lo que nos viene por delante». De todas formas, afirmó que se fue contento con la aportación de los juveniles y por el hecho de no haber perdido por lesión o por tarjetas a algún jugador para este fin de semana.
Precisamente, este sábado se inicia la fase de ascenso. Al haber ganado la liga, Anaitasuna se medirá al cuarto clasificado, el mismo rival que el del pasado fin de semana. A pesar de que la temporada de los blanquiverdes es ya de por sí un éxito, el equipo afronta el play-off con todas las ganas e ilusión del mundo.
Las fotografías contenidas en este artículo han sido realizadas por el Lauburu Ibarra.
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