‘Seda’, la novela corta de Alessandro Baricco que resuelve la disputa entre amor y deseo, en nuestro Club de Lectura
La obra del escritor italiano será analizada en una sesión programada para el miércoles 14 de junio a las 18 horas
Seda es una novela corta publicada en 1996 por el escritor italiano Alessandro Baricco. En ella, se narra la historia de Hervé Joncour, un comerciante de seda francés que se ve obligado en un comienzo a realizar viajes a Japón para conseguir huevos de gusano sanos y preservar así la tradición comercial de su pueblo, Lavilledieu. A lo largo de las páginas, se desentrañarán las intenciones de una mente en origen simple y tranquila, de qué manera le afecta conocer una nueva cultura, así como en qué modo puede perturbar un instante una vida entera.
Sin embargo, más allá del argumento en torno al que pivotan las páginas, la verdadera valía de la obra (o su talón de Aquiles, según se estime) radica en la construcción de un estilo que se corresponde con el contenido expuesto. Muchos críticos han coincidido en una obviedad: el ritmo que Baricco otorga a la segmentación (combinación de capítulos de apenas cuatro oraciones y otros más extensos) recuerda a la literatura lírica japonesa, concretamente a los haikus. Por otro lado, el simbolismo que ciertas imágenes imprimen al relato configura un tono onírico, mágico y atemporal que nos desliga del siglo XIX y nos traslada a un mundo descontextualizado.
Algunas de estas imágenes recurrentes son las pequeñas flores azules, la intensa tinta negra o la omnipresente seda japonesa, que deja de estar presente en el momento en el que se desvanece la tensión narrativa. En el momento en el que las fronteras se abren, la seda se comercializa sin control y se patenta finalmente el tejido artificial.
Se trata de una novela cuya fuerza reside en esa ligereza ambiental que atrapa todos los ámbitos de la narración: los personajes se definen de manera efímera, las descripciones son breves, atienden a lo esencial, pero no por ello resultan pobres o escasas. Quizá por esta concreción, los episodios narrativos centrales llaman tanto la atención y sorprenden al lector, desde el joven guía japonés hasta el desenlace final.
Por otro lado, la temática que aborda siempre resulta atractiva y, pese a que hallar una respuesta es algo utópico, resuelve o expone con creces la eterna disputa entre amor y deseo, entre rutina y excepción, no abogando por ninguna e intentando comprender la perspectiva de cada una de ellas. El juego literario urdido en torno a la historia y los testimonios, así como la ingenuidad o presuposición hacen de ella un elegante ejercicio que atrapa al lector para despertarlo ante su propia inocencia.
Finalmente, para aquellas personas amantes de lo histórico, no puede considerarse a Seda como una novela documentada en exceso, ya que su autor apuntó en una entrevista publicada en El País en 1997 que «está basada en los viajes de los comerciantes de huevos de gusanos de seda a principios del siglo pasado, pero, por la parte japonesa, me he tomado ciertas libertades. Curiosamente, allí nadie se ha molestado por ello -mi traductor me decía que a los japoneses les divierte mucho ver cómo los europeos nos inventamos su historia-, mientras que, en Italia, enseguida salieron cuatro historiadores clamando porque Baricco había incurrido en graves errores».
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