Laura Garde y Lola Sarriguren, el gran dúo máster de Natación Artística: «Contagiamos entusiasmo, porque vamos emocionadas a todos los sitios»

Comenzaron hace 12 años en este deporte y, desde entonces, han logrado un tercer puesto en un Europeo y una quinta plaza en un Mundial

Laura Garde Etayo (Pamplona, 03-05-1973) y Lola Sarriguren Arana (Pamplona, 27-03-1964) competían de jóvenes en natación dentro de los equipos de Oberena y Anaitasuna, respectivamente. Cuando finalizó esa época de su vida, ninguna de las dos se hubiese imaginado regresar después a la competición, conseguir logros deportivos más altos e, incluso, hacerlo en un deporte que solo veían de vez en cuando por la televisión.

Sin embargo, la natación artística las unió. Fue hace 12 años, después de que una nadadora viera a su entrenadora, Isis Mínguez, impartir una clase de este deporte a un grupo de niñas. Le preguntó si estaría dispuesta a dar clases a un grupo de mujeres adultas. Contestó que sí y ese fue el origen de todo. De las Mariburruntzi y de todo lo que vino después, tanto en ese equipo como en el dúo que forman Garde y Sarriguren. «Fue una sorpresa cuando llegamos a la piscina y nos dimos cuenta de que nos conocíamos de antes», relatan.

Desde ese momento hasta ahora, han pasado por muchas fases. Comenzaron un mes de diciembre entrenando un sábado al mes. El verano del año siguiente, protagonizaron una exhibición en Anaitasuna durante la Semana del Socio, al ritmo de la música de AC/DC. «A partir de ahí, nos picó el gusanillo a todas y nos fuimos metiendo cada vez más», explican. Los entrenamientos pasaron entonces a un día a la semana; después, a varios días; y ahora saltan a la piscina hasta cuatro días semanales.

Su primera competición oficial fue en un Campeonato de España celebrado en Castellón, donde fueron el único equipo máster que se presentó. «Las juezas se emocionaron al vernos y nos animaron a que probáramos a dar el salto a las competiciones internacionales. Nos indicaron que el Campeonato de Europa se iba a realizar en Eindhoven, y allá que fuimos», indican. Aunque sus inicios fueron con todo el equipo (son ocho nadadoras, más la entrenadora), pronto se lanzaron también al dúo. Y en su haber figura ya una medalla de bronce en el Campeonato de Europa del 2022, un quinto puesto en el Mundial de Budapest del 2017 y un diploma en el Campeonato de Europa de Londres del 2016, la primera ocasión en la que realizaban un dúo. Y en agosto de este año, viajarán hasta Japón para competir en su segundo Mundial.

En este caso, lo harán en la categoría de nadadoras de entre 50 y 59 años. Ambas reconocen que, a medida que aumentan de categoría de edad, cada vez hay menos participantes. Pero también apuntan que, en los dúos, siempre suele haber muchas competidoras, ya que es más sencillo que se junten dos personas que las ocho necesarias para las pruebas de equipos. No obstante, acudirán a Japón con la máxima ilusión. «Vamos con el objetivo de hacerlo lo mejor posible y de mejorar nuestras puntuaciones. Lo que llegue por encima de eso siempre será bienvenido, obviamente», alegan.

CONOCER EL DEPORTE

Tanto Garde como Sarriguren manifiestan que, cuando comenzaron en la natación artística, lo que deseaban, en realidad, era conocer ese deporte que veían de vez en cuando por la televisión y descubrir, por ejemplo, como las nadadoras eran capaces de levantar las piernas por encima del agua. Y de lo que se han dado cuenta después de todos estos años es de que le ponen tanta emoción e ilusión que en todos los sitios a los que acuden consiguen suscitar esos mismos sentimientos. «Nosotras contagiamos entusiasmo, porque a todas partes vamos emocionadas, vamos a pasárnoslo bien. Para nosotras, esto que nos ha sucedido ha sido una sorpresa en nuestras vidas», subrayan.

Aunque no viven las competiciones de la misma manera que cuando eran jóvenes, no han perdido ni un ápice de ilusión, tal y como resaltan. Por otro lado, cuando salieron del mundo de las competiciones de natación, jamás se hubieran planteado que, décadas después, terminarían regresando a la piscina, pero para practicar natación artística. «Tampoco pensábamos que participaríamos en campeonatos de Europa o del mundo. Pero, fíjate, hemos llegado más lejos ahora que cuando éramos jóvenes», sostienen.

Sobre el deporte máster y, en concreto, la natación artística, no tienen problemas en desplegar todas sus virtudes: «Es un deporte que te da mucha satisfacción, porque no es como saltar a la piscina y empezar a hacer largos y largos. Aquí estás con el equipo, con música, con mucha emoción de que las cosas vayan saliendo«. Asimismo, apuntan que no es necesario competir. De hecho, esa no era la finalidad que buscaban cuando comenzaron a practicarla. «Hacíamos exhibiciones en las piscinas que nos llamaban. Nos motivaba eso al entrenar, ir después a mostrar el deporte a otros sitios», dicen.

Fuera de la natación artística, también animan a practicar deporte. «La cuestión -avanzan- es probar cosas nuevas y, sobre todo, ir con el propósito de disfrutar. Vemos que mucha gente siente la necesidad de imponerse hacer algo, por muchos motivos, como que es bueno para su salud. Pero esa no es la idea. Hay que buscar algo que realmente te haga sentir bien, física, psicológica y emocionalmente. Encontrar algo que te produzca una satisfacción«.

Lo que está claro es que tanto ellas como sus compañeras de las Mariburruntzi se han convertido en un referente dentro de la natación artística máster. «La gente nos ve y se da cuenta de que también pueden hacer lo mismo. De hecho, en muchos sitios a los que hemos ido para hacer exhibiciones, después se ha implantado este deporte, que antes no se hacía. E incluso ha habido niñas que se han acercado a nosotras y nos han dicho que se apuntaron a la natación artística porque nos vieron un día en una exhibición. Y eso es algo maravilloso», sentencian.

No obstante, reclaman un mayor apoyo por parte de la Administración y de las federaciones de natación, ya que, hasta ahora, el mayor esfuerzo parte de los clubes. «Estaría muy bien que el deporte máster cada vez se viera más y fuera ganando en importancia», concluyen.